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viernes, 23 de enero de 2009

El niño con el pijama de rayas (The Boy in the Striped Pyjamas)

El niño con el pijama de rayas (2008)

La plácida infancia berlinesa de Bruno (Asa Buttefield), un niño de 8 años de caracter inquieto, se ve alterada cuando su padre, un oficial de la SS, es trasladado a un nuevo puesto en el campo, lejos de la capital y de sus amigos. En su nueva residencia, Bruno, privado de sus compañeros de juegos se aburre mortalmente hasta que un día, explorando los alrededores de su casa descubre la existencia del campo de concentración que dirige su padre. Alli se encuentra casualmente con Shmuel (Jack Scanlon), un niño judio de su misma edad, internado en el campo junto con su familia. Mientras la amistad entre ambos niños va creciendo, Bruno irá descubriendo que la vida de su amigo y de los judios prisioneros en el campo está bastante lejos de ser normal, sin que él entienda los motivos por los que son tratados de esa manera.

El tristemente célebre tema de Holocausto judío se ha convertido, especialmente a lo largo de las dos últimas décadas, en un filón casi inagotable de inspiración para artículos de prensa, novelas, libros y, por supuesto, películas. Para describir este fenómeno, resulta especialmente apropiada la frase que en una ocasión lei entre las declaraciones de un afamado escritor: “Basta inventar una historia, ponerle una esvástica… y ya tenemos un best seller”. Algo parecido debió pensar el joven escritor irlandés John Boyne cuando alumbró la idea de la historia de su novela “El niño del pijama de Rayas”. Un libro que como el mismo autor reconoce, tuvo terminado en apenas tres días y que se convirtió casi inmediatamente en un enorme éxito de ventas internacional, siendo traducido a veinte idiomas. No es de extrañar, por tanto, que aprovechando el tirón comercial del libro de Boyne, se haya realizado la adaptación cinematográfica del mismo en un lapso de tiempo bastante breve desde la aparición de la novela.

En cuanto a la valoración del film, si hay una palabra que puede predicarse de “El niño con el pijama de rayas” es la corrección. Una corrección que abarca prácticamente todos los ámbitos de la película, incluyendo una adecuada puesta en escena, un ritmo narrativo pausado pero no lento, y unas interpretaciones (especialmente por parte del dúo de niños protagonistas) no sobresalientes pero sí bastante creíbles. El problema, como suele suceder con la mayoría de adaptaciones de textos literarios, estriba en que la historia, pese a ser bastante fiel a la novela, elimina ciertos matices de la narración literaria que son importantes en el libro; y sobre todo, acorta determinadas escenas, con el resultado de que estas quedan un poco deslavazadas al verse reflejadas en el film. Quizás algunos minutos más de metraje no habrían venido mal para explicar mejor determinados pasajes de la historia, especialmente en lo tocante a como se traba la fuerte amistad entre Bruno y Shmuel, algo que en la película se narra de manera un tanto brusca.

En cualquier caso, hay que reconocer que la historia de “El niño del pijama de Rayas” tiene gancho y sabe captar el interés del lector o espectador. La perspectiva que ofrece la inocencia infantil de un niño enfrentado a los horrores del holocausto y a una crueldad que no comprende resulta ciertamente conmovedora. Pero en mi opinión a la película le falta más fuerza para desarrollar el tema, el cual no termina de ser desarrollado con eficacia. Se nota el afán de los guionistas por huir de la truculencia, buscando un punto de equilibrio entre crudeza y sensiblería, pero quedándose a medias en el camino. Esto se hace especialmente patente en la forma en como se narra el desenlace, quizás un tanto inverosímil, pero que en la novela resulta mucho más devastador a como se retrata en el film, en el que el final –al menos para mi gusto- resulta demasiado sobrio a la vez que excesivamente contenido. En ese sentido, el film peca más por defecto que por exceso.

En definitiva, “El niño del pijama de rayas” parte de una buena idea original que no termina de ser del todo bien desarrollada, aunque hay que reconocerle su innegable capacidad de conectar con la sensibilidad del espectador, si bien el fondo de la historia no ofrece nada especialmente novedoso ni impactante. Por otro lado, como apuntaba antes, opino que el film se ha quedado algo corto a la hora de trasvasar ciertos detalles y matices que eran importantes en la novela, con el resultado de que la historia resulta menos emotiva en la pantalla que en el libro. Por ello, aunque no podemos decir que sea una mala película (de hecho, he de reconocer que me la esperaba peor), esta se queda en un film simplemente correcto y sin excesivos alardes. Pero opino sinceramente que la historia daba para bastante más, de haberse contando con más brio y sobre todo, corazón.

Calificación: 5,5/10

lunes, 19 de enero de 2009

Flame y Citron (Flammen og Citronen)

Flame y Citronen (2008)

La historia comienza en 1944, en la Dinamarca ocupada por los nazis. Flame (cuyo nombre real es Bent) y Citronen (Jorgen) son dos de los más activos miembros de la resistencia danesa, encargados de ejecutar a colaboracionistas y miembros de las organizaciones nazis. Sin embargo, todo empieza a complicarse para ellos cuando el jefe de su célula de la resistencia, Aksel Winther, les ordena asesinar a dos funcionarios de la organización del Abwehr, y Flame fracasa en su misión. Las represalias alemanas se intensifican y varios miembros de la resistencia son ejecutados lo que hace sospechar que hay un infiltrado en la resistencia. Las sospechas apuntan a Ketty Sedner, una enigmática agente doble con la que Flame vive un peligroso romance.

Con un presupuesto cercano a los 10 millones de Euros “Flame y Citron” es una de las producciónes danesas más caras de la historia. Dirigida por realizador danés Ole Christian Madsen, la pelicula se basa en la historia real de esos resistentes daneses, muy populares en su pais. Al parecer, Madsen había leido de niño un libro que relataba la historia de Flame y Citron, quedando muy impresionado por la misma. Años más tarde, charlando con el guionista Lars Andersen, Madsen descubrió que éste también había leído sobre los personajes y que ambos compartian el interés por su historia, por lo que decidieron llevarla al cine. Aunque conseguir la financiación para el proyecto les llevó varios años, finalmente, gracias a la colaboración de varios productores alemanes, pudo llevarse a buen término.

Como no podía ser de otra forma, la historia gira en torno a los dos personajes centrales, que son el centro de la narración. Es de agradecer, no obstante, que la película no se quede en ofrecernos la típica historia de heroicos y abnegados resistentes enfrentados a los alemanes “malos”. En vez de ello, el film ahonda en la sicología de los personajes y relativiza la moralidad de unos y otros, de forma que la historia deja claro que no todos los resistentes eran heroes ni sus motivaciones siempre fueron altruistas. Una historia que, por lo demás, sigue las claves típicas de los films de espionaje y cine negro con sus traiciones, giros argumentales e intrigas, un poco en la linea de la también reciente “El Libro Negro” de Paul Verhoeven. Un aspecto muy logrado del film radica en su excelente fotografia, ambientación y localizaciones, que logran trasladarnos efectivamente al Copenhague de 1944, que aparece soberbiamente recreado. Asimismo, la sólida interpretación de los dos actores principales Thure Lhindhard y Mads Mikkelsen resulta muy creible, dotando a los personajes de una innegable aura de veracidad muy de agradecer.

Sin embargo, pese a todos estos aspectos positivos, la película no termina de resultar redonda. Y ello pese a que la historia arranca con fuerza, mostrando directamente a Flame en acción, a la vez que explica sus motivaciones y dudas, que le llevan a actuar de ese modo. No obstante, el desarrollo del argumento se hace un poco plano, con varias lineas argumentales que no terminan de estar del todo bien hilvanadas, y que avanzan de manera un tanto deslavazada a la vez que difusa. Los giros argumentales están bien construidos, pero no llegan a impactar al espectador, quizás porque en el fondo suenan a ya vistos con anterioridad. Además, los 130 minutos de metraje, sin llegar a hacerse aburridos, sí que se hacen un poco largos debido a algún que otro bajón de ritmo en la parte central del film. En resumidas cuentas, todo lo que el film tiene de meritorio en cuanto a su aspecto visual y estilístico no alcanza el mismo nivel en el plano narrativo, al que le falta algo más de imaginación y originalidad a la hora de desarrollar lo que apunta.

Pese a ello, “Flame y Citron” es de esas película que merece al menos un visionado, por su muy buena factura formal, y por que nos ofrece una perspectiva relativamente novedosa sobre las motivaciones y la significación del movimiento de Resistencia. Y es que, como el mismo director declaró al hablar sobre los personajes: “Tanto Flame como Citron fueron personajes extraordinarios en una situación extraordinaria”.

Calificación: 6,5/10

lunes, 12 de enero de 2009

Resistencia (Defiance)

Resistencia (2008)

La historia comienza en el verano de 1941. Tras la invasión de Bielorrusia por las fuerzas alemanas, los padres de los hermanos Bielski, una familia judía, son asesinados por colaboracionistas nazis. Tras descubrir el asesinato de sus progenitores, los cuatro hijos de la familia se esconderán en los bosques de la zona tratando de sobrevivir. El hermano mayor Tuvia (Daniel Craig) se convertirá sin proponérselo en el lider de un grupo de judios que huyen de los nazis, a los que se van sumando nuevos fugitivos. Con la ayuda de sus hermanos Zus (Liev Schereiber) y Aaron (Jaime Bell), los Bielski organizan una partida armada decidida a luchar contra los ocupantes por su supervivencia, además de proteger a decenas de judios fugitivos que irán encontrando por los bosques.

Si algo ha demostrado el director Edward Zwick a lo largo de su carrera es su predilección por las películas de tono épico con trasfondo bélico, como por ejemplo en “Dias de Gloria”, “El último Samurai” o la mas reciente “Diamante de sangre”. En este caso, Zwick ha optado nuevamente por ofrecernos un film de estas características, ambientado esta vez en la II GM, y basado en hechos reales, concretamente en la lucha de un grupo armado de partisanos judíos contra las fuerzas ocupantes alemanas en la URSS. La historia se basa en la biografía de los hermanos Bielski, cuya unidad partisana se convirtió en una de las más grandes de Bielorrusia, protagonizando decenas de actos de sabotaje contra las fuerzas invasoras, llegando a contar al final de la guerra con más de 1.200 miembros. La historia de los Bielski ha sido recientemente recogida en algunas fuentes bibliográficas y ha servido de interesante punto de partida para este film.

En cuanto a la valoración de la película, la verdad es que estamos ante un film bastante irregular. No puede negarse la buena factura general de la película, incluyendo una excelente fotografia de exteriores filmada en las localizaciones reales donde se desarrollaron los hechos; unas buenas interpretaciones de Daniel Craig, y sobre todo de Liev Schreiber como el rebelde hermano Zus; y también unas escenas de acción bélica bien filmadas. Sin embargo, a "Resistencia" le faltan bastantes puntos para llegar a la excelencia. Y esto se debe al toque innegablemente hollywoodiense que enmarca el fondo de la historia. En otras palabras, la película resulta demasiado comercial tanto en su fondo como en la forma. Para empezar, la historia se presenta de una manera bastante edulcorada, ya que el comportamiento de los integrantes de la auténtica brigada Bielski distó mucho de la casi idílica conducta de nobles guerrilleros que aparece reflejada en el film. La realidad -como suele suceder- fue bastante más prosaica, y los miembros de esta brigada estuvieron implicados en varios crímenes de guerra, ademas de participar en robos y todo tipo de abusos contra la población civil en su área de operaciones. Tampoco la personalidad de Tuvia Bielski aparece retratada demasiado fidedignamente, ya que los hechos históricos apuntan a que el personaje real era mucho más oscuro que el que retrata el film.

Pero, veracidad histórica aparte, a la película le falta fuerza porque todo lo que cuenta resulta en general bastante predecible, y por la citada “blandura” a la hora de presentar incluso las escenas más duras (como por ejemplo, el linchamiento del prisionero alemán). En este sentido, la película no nos muestra nada que no hayamos visto antes, ni mejora otras películas anteriores de temática similar, (En especial, la excelente “Masacre, ven y mira”) que han mostrado de forma bastante más realista y fidedigna el grado de crueldad superlativa que llegó a alcanzar la guerra partisana en la URSS. En vez de eso, la película de Zwick opta por centrarse en los aspectos más heroicos y políticamente correctos de la historia real de los hermanos Bielski, realzados con la típica hazaña épica que remarca la valentía de los abnegado resistentes, dejando de lado los aspectos más controvertidos (y menos comerciales) de la guerra partisana en la URSS.

En definitiva, “Resistencia” se queda en un típico producto “Made in Hollywood”, cuidado en la forma y edulcorado en el fondo, que resulta aceptablemente entretenido para el espectador medio. No obstante, no refleja con suficiente contundencia los hechos en que se basa, ni aporta nada especialmente novedoso al género. Recomendable para los que busquen un poco de entretenimiento, pero no por su rigor histórico ni por calidad cinematográfica. Y es una pena porque esta historia, contada de otra manera, habría podido dar mucho más de sí.

Calificación: 5,5/10

viernes, 2 de enero de 2009

Australia

Australia (2008)

La historia comienza en 1939, cuando la aristocrata inglesa Sara Ashley (Nicole Kidman) emprende un viaje hacia Australia en busca de su marido, que está intentando vender al ejército las reses de su hacienda Faraway Down. Cuando lady Ashley llega alli, guiada por el rudo vaquero Drover (Hugh Jackman), descubre que su marido ha sido asesinado aparentemente por un aborigen. Sin embargo, cuando lady Ashley descubre que el capataz de su esposo estaba robando ganado para pasarselo al ganadero rival, decide hacerse cargo de la hacienda y llevar a cabo la venta de las reses en la ciudad de Darwin. Con la ayuda de Drover y del niño mestizo Nullah, Lady Ashley se embarcará en un accidentado viaje para guiar el ganado a lo largo del desierto norte australiano. Al mismo tiempo, el estallido de la guerra en el Pacífico pondrá a Darwin en el punto de mira de los ataques aereos japoneses.

Creo que no es ninguna exageración afirmar que el cine reciente se está viendo afectado por una preocupante atrofia creativa, la cual parece responder a dos causas principales. Una de ellas, la fuga de los mejores talentos guionistas a la TV (dando lugar a series de gran calidad); y por otra parte, que todo está muy trillado a estas alturas. En otras palabras, la originalidad es cada vez más difícil de conseguir. Este preámbulo puede servir de magnifica explicación para describir los defectos que lastran a "Australia". En este caso, el director Baz Luhrman ha optado por ofrecernos un espectáculo épico, con la típica historia de amor en tiempos de guerra, y rendir algo más que un homenaje al gran clásico “Lo que el viento se llevó”. Los guiños hacia esta gran película van desde las más que evidentes similitudes argumentales, hasta alguna que otra escena directamente trasvasada de aquella (por ejemplo, el baile de Drover con lady Ashley o el incendio de la ciudad de Darwin). Pero, más allá de esto, el parecido en cuanto a calidad cinematográfica entre una y otra película es escaso.

Y es que el mayor problema de “Australia” radica en que, a diferencia del gran clásico protagonizado por Clark Gable y Vivien Leigh, la historia que nos cuenta apenas transmite intensidad dramática. El argumento transcurre de un modo que se antoja artificioso, y pese a contener algunas secuencias trepidantes y bien filmadas, como la estampida de las reses o el ataque aereo japonés sobre Darwin, la película no consigue emocionar. La pareja protagonista, Hugh Jackman y Nicole Kidman, hace un trabajo correcto, pero se les nota encorsetados en unos personajes que resultan demasiado planos y predecibles. Ello deriva en un ritmo narrativo, que sin llegar a ser plomizo, sí que resulta un tanto cansino, de forma que los 145 minutos de metraje se hacen un poco largos para el espectador.

No falta, como guiño a la correción política tan de moda en la época actual, la típica historia de denuncia social contra la segregación racial, protagonizada en este caso por el personaje del niño mestizo, ni por supuesto las típicas escenas románticas de rigor. Pero en general a “Australia” le falta concretar lo que propone, y sobre todo, llegar al espectador con lo que cuenta. Si Lurhman pretendia con este film hacer una nueva gran película épica como “Lo que el viento se llevó” desde luego el resultado dista de ser satisfactorio. Hay que destacar, no obstante, un aspecto muy logrado: el de la magnifica fotografia de exteriores y unas soberbias secuencias paisajísticas que captan a la perfección la belleza y vastedad de los parajes naturales australianos.

En definitiva, “Australia” es una producción ambiciosa pero que se queda en un título correcto, sin más. Una película más interesante por su aspecto visual que por la historia que cuenta, y que supondrá sin duda una cierta decepción para quien espere encontrar algo más.

Calificación: 5,5/10